viernes, 1 de enero de 2010

Comienzos y finales

Hola:

Según mi reloj, ya son las 0:42 del 1 de enero de 2010. Según el blog, faltan algunas horas para que acabe el año.

Alguna vez dije algo sobre esto en otro blogusino, el de un 23 de abril. Sigo sin saber ajustar la hora, así que me encuentro en el presente y en el pasado a la vez. ¡Qué sensación, todo me da vueltas!... Nooo, es broma, pero no estoy esta noche para planes filosóficos entre pasado y presente y futuro.

Estoy oyendo los fuegos artificales y los petardos. No me apetece acostarme, consciente de que no podré dormir por la fiesta que tengan algunos vecinos. Pues habrá que hacer algo, ¿no? Escribir acá puede estar bien.

El año pasado hice un blogusino cronológico de año nuevo, sobre fechas exactas y demás zarandajas. Voy por el mismo camino, porque con eso del 2010 vuelvo a escuchar lo de las décadas. Pero el de hoy estará menos documentado, no os asusteis.

Parece que ya no tenemos conciencia de que contamos el tiempo según ha pasado, esto es, cuando se cumple un año, se acaba el mismo. Por otra parte, nuestro sistema decimal empieza en el 1 y no en el o, por lo que el fin de una década es el año que acaba en 0, no en 9. Ergo... Este que estoy empezando en la realidad no virtual de mi casa, es el último año de la primera década del siglo XXI. Para que empiece la segunda década, habrá que esperar al 2011.

Es lo mismo que si empezamos la semana el sábado, el domingo o el lunes. No estoy segura, pero me parece que todo viene de la Biblia, ese tremendo libro que recomiendo leer, y de las distintas religiones que la utilizan como libro sagrado:

Los judíos consideran que el día que Dios descansó después de su semana de trabajo fue el sábado. Por tanto, el domingo es el primer día de la nueva semana de trabajo. En la época de la Reforma protestante, la interpretación literal de la Biblia hizo que se volviese a la consideración del sábado como día de descanso y de ahí que los anglosajones comiencen sus casillas de semanario en el domingo y la acaben el sábado.

Los católicos, supongo que para diferenciarse de los hebreos, decidieron trasladar el festivo al día siguiente, considerándolo el día "del Señor", que es la etimología latina de "domingo". Así pues, en la mayoría de los países de religión católica romana, el calendario está dispuesto con el lunes como primera casilla de la semana y el domingo como la última.

Para terminar (por orden cronológico estricto) de enmarañarlo, los musulmanes decidieron tener como festivo el viernes. Supongo que está en el Corán o en la tradición. El caso es que Mahoma sabía perfectamente los usos festivos de cristianos y hebreos.

He visitado (poco y por poco tiempo, es verdad) un par de países árabes y claro, me chocaba un poco esto de los festivos, pero no me paré a buscar algún calendario para ver si ellos inician la semana el sábado y la terminan en la casilla del viernes. No me extrañaría, pero es algo que no he podido comprobar.

Reconozco que en la vida cotidiana me resulta más "inquietante" el cambio sábado-domingo. La dentera que me da con las décadas está relacionada, creo yo, con la veneración por la cronología y por el dato preciso que me inculcaron en la carrera universitaria. De todos modos, me gusta la precisión en las cosas que tienen que ver con el tiempo, ya que hemos construido un sistema (antes de Einstein).

Personalmente, me hubiera gustado saber qué pasó por la cabeza de las gentes cuando, de golpe y porrazo, se estableció que se pasaba del calendario juliano al gregoriano (s. XVI). Recordad que, precisamente por eso, el 23 de abril coinciden en efemérides Shakespeare y Cervantes, siendo que en Inglaterra no se había adoptado el calendario gregoriano y en los territorios hispánicos, sí.

Dan ganas de escribir un cuento irónico, como aquel chiste que circuló en la época del "terror informático" del año 2000 (acordaos, aquello de que los programas que no consideraban los años en cuatro dígitos se iban a volver locos) en la que dos matémáticos romanos en la época justo antes del nacimiento de Cristo hablaban sobre el A.C. y el D.C.

No creo que lo haga, porque no tengo tanta chispa, pero disfrutaría mucho leyéndolo si alguien se anima.

Feliz Año Nuevo 2010... ¡¡A terminar la década!!