jueves, 1 de julio de 2010

Circunstancias ajenas a mi voluntad

Ultimamente estoy escribiendo blogusinos bastante beligerantes, nada de paz, amor y reflexiones sobre el mar y los peces.

Pero es que me obligan las circunstancias.


Desde hace varios días, me levanto bastante antes de lo habitual para llegar a mi hora a trabajar, gracias a un abuso en el derecho de huelga. Y tengo suerte... No quiero pensar en los que han visto peligrar su empleo porque desde sus domicilios es una odisea intentar siquiera llegar al trabajo.


En el autobús abarrotado en el que viajé el primer día de "huelga salvaje", la mayoría eran asalariados de lo que podríamos denominar clase media-baja, esos que en un pispás engrosan las listas del paro, posiblemente trabajadores precarios o directamente en la economía sumergida.


Los trabajadores del transporte subterráneo deberían haberse pensado un poco las consecuencias. De tener el beneplácito y aprobación de la gente, creo que ya se han dado cuenta que no se puede tener en jaque a una ciudad en donde habitan algo más de 3 millones de personas y puede que trabajen diariamente casi 5 millones.


Una idea del derecho de huelga que demuestra un empecinamiento y cerrazón que asusta. Si quieren poner en jaque a los dirigentes de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento, que no se preocupen, éstos no perderán el empleo por llegar tarde... El trabajador asalariado o por cuenta propia, como mínimo, habrá de recuperar las horas que falte, aunque se haya levantado dos antes para llegar cuando debe a su trabajo. Si no lo pierde directamente.


Dicen que hoy (jueves) y mañana hay servicios al 50%, que
no van a hacer paros el fin de semana (coincidiendo con las fiestas del Orgullo Gay, no vayamos a parecer homófobos, [y hay menos trasporte funcionando]) y el lunes posiblemente tampoco... Porque tienen que descansar y porque no quieren tener a la opinión pública en contra.

A la gente ya la tienen bien enfadada: a los que se enlatan como sardinas en el tren o en el autobús, a los demás, porque las calles de Madrid no pueden soportar el volumen de vehículos que están entrando, de gente que va a trabajar en coche por no usar el metro.

Por cierto: ¿se han dado cuenta del gasto energético y el deterioro ambiental que están provocando? Conciencia medioambiental nula, en una ciudad con índices de contaminación muy por encima de la normativa europea.


Pero esto no es una pataleta al uso...


Por lo que he visto y padecido estos días, no se trata de la llamada "huelga general revolucionaria" al estilo de los históricos de izquierda, algo que los sindicatos de acá se cuidan muy mucho de convocar. Claro, el sistema parece haberse aquietado un poco, ya parece que no se trabaja como en las fábricas textiles de la Revolución Industrial.


Todavía me acuerdo hace años, que los sindicatos convocaron "un paro general", cuando el resto de los mortales lo llamábamos huelga; lo mismo hace unas semanas, se convocó "un paro" de los funcionarios por la bajada de los salarios... En algunas cosas nos atenemos a la más estricta ortodoxia semántica: huelga (general revolucionaria) es que nadie, NADIE, trabaja; y que esta situación se mantiene hasta que el Estado salta en pedazos...


No entiendo por qué, si los sindicatos han decidido que los servicios mínimos eran inaceptables, no han intentado negociar o fijar sus propios márgenes: la empresa dice que un 50%, los sindicatos consideran que con un 25-30% es suficiente. Cada día se elige por riguroso sorteo o lista a quienes van a hacer esos servicios mínimos dentro de las cuotas fijadas por los trabajadores. Es todo voluntad de organización... No cumplen los servicios que exige la empresa y no fastidian a varios millones de personas que no tienen la culpa de que les quieran bajar el sueldo, saltándose el Convenio Colectivo. Todo el mundo acaba en los tribunales, que fallarán lo que sea preciso al cabo de unos años.


Y estoy hablando en este caso concreto, en el que la mayoría de los trabajadores están sindicados.


Pero estamos en una democracia, no en la Rusia zarista. Esto significa que en las leyes se dice que el derecho de huelga exige unos servicios mínimos. Bien es verdad que el derecho de huelga en España se rige por un ordenamiento jurídico obsoleto, que da inmenso poder a la empresa y llega a ocasionar, en este caso, que quienes ejercen su derecho lo hagan pasando por encima de muchos más, de la mayoría.


Sería imprescindible que se legislara el derecho de huelga bien y adaptado a los tiempos que corren. Hay servicios esenciales que demandarían servicios mínimos abundantes, como la sanidad, la educación, el transporte y los abastecimientos... Parece que los padres de la Patria van a hacerlo... Que lo junten con otras reformas de las que he hablado en blogusinos anteriores, por favor, como la Ley Electoral.


Otro asunto coincidente con éste es sobre la existencia y realidad de los sindicatos en España... Pero creo que va a ser para un blogusino posterior...

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