viernes, 30 de julio de 2010

Pecadora...

Lo confieso, soy pecadora.

Mis pecados son fundamentalmente los de la carne (roja), pero también el pescado de cualquier color, esas infinitas variaciones del engorde que son los dulces y las frutas, además del pan...
Ah, y no olvidemos los líquidos.

Pero yo estaba hablando de mis pecados gastronómicos, y es que me dió por hacer pan. En casa, con mis manitas, venga a amasar, a dejar levar, a cuidar la masa, etc. Debo decir que sólo he hecho tres: la primera vez, la suerte del principiante, me salió más que aceptable; la segunda, no tan bien como la primera, y la tercera, pues progresando...


Y a las locas de ir mirando por internet sobre el pan y demás, me he encontrado un montón de blogs muy muy apreciables que me tienen enganchadísima. Hay tanta información y tan buena... Que me siento perro de Pavlov, generando jugos gástricos no sólo por ver las fotos, sino imaginando los procesos y esto y aquello.

Veo que he pasado a un nivel 2.0 (je, je) en mi relación con la cocina; de mis amados libros en la estantería (uno al menos en cada viaje al exterior, en las Ferias del Libro, en momentos de euforia o depresión- el peligro del dinero de plástico) a los blogs de cocina.

Bueno, es lo que me queda, imaginar, porque cada vez tengo que tomarme más en serio lo de cuidar mi alimentación, hacer ejercicio y todo lo que me manda mi endocrino, que es un santo.

U
n santo que sabe que el camino de la santidad está en las privaciones... Por eso, debe de ser, quiere que yo no tome hidratos de carbono en demasía, los azúcares prohibidos del todo, mucha verdurita y ensaladas, la mantequilla va a ser que no...

Lo malo es que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.




PS: No pienso que mis blogusinos van a cambiarle la vida a nadie, ni tengan más importancia que la de enseñar, un poco imprudentemente, algunas cosas que me gustaría comentar con más gente de la habitual. Aunque, revisando el archivo de entradas, me he encontrado un comentario muy majo de alguien desconocido a quien le ha venido bien mi blogusino sobre la sordera... Pues me alegro mucho, la verdad. Y todavía me soprenden más otras casualidades de la vida. Definitivamente, lo de los famosos grados de separación debe ser cierto.

2 comentarios:

Unknown dijo...

yo también he flipado con la coincidencia!!!

PAULA dijo...

Hola guapa,
dile a Ali que te haga sus berenjenas escabechadas o algo así, bueno dile que te cocine ;)
Es una cocinera estupopenda a ver si me escapo y os visito y de paso nos vamos las tres de "aguas" si hace falta ;).
Un beso.
Recomendación:
El goloso.
Conde se Sert (en Alianza ed.)