domingo, 7 de febrero de 2010

Afer

Hace varias semanas que tengo abandonado el blog. En mi descargo diré que expectativas de cambio en mi vida me han tenido demasiado ocupada. Me producía agotamiento sólo de pensar en esperar la benevolencia de las ciberdeidades para que la conexión no fallara.


Seguro que un montón de gente vió en los periódicos de hace unas semanas la palabra afer. Venía a cuento de unos Robinson, políticos y pareja ambos, de fuertes convicciones puritanas que han saltado por los aires al saberse los amores con un jovencito de Mrs. Robinson y ha tenido consecuencias bastante importantes.


A lo que vamos: la palabreja me saltó a los ojos como una fiera. Y recuerdo que la ví en dos periódicos nacionales, dos. Al principio pensé que habían tomado el término extranjero y lo habían castellanizado “a mocosuena” como escribía el gran Lázaro Carreter, asi que me fui al Diccionario de la Academia y me encontré que la palabra existe y significa asunto o negocio y que la palabra estaba en desuso.


Como, evidentemente, el término que aparecía en los periódicos remitía al inglés/francés “affaire”, consulté además el Webster y el diccionario de la Académie Française. En ambos señala como primera acepción la misma que en español (todo viene del latín) y luego, en otra, la de asunto de tipo amoroso/sexual.

Por desgracia, en España los periodistas escriben bastante mal, y no sólo me refiero a los periódicos que te dan a la puerta del metro, sino a los importantes, los de tirada nacional, que suelen presumir de tener algún académico de la Lengua en nómina. No sería mala idea que les hicieran trabajar extra corrigiendo las barbaridades que se ven de cuando en cuando.

Dudo mucho que quienes comentaron en la prensa el “affaireRobinson hayan decidido, por su cuenta y riesgo, recuperar el uso de esa palabra añeja.

Darle (porque con la primera no basta, claro) la acepción que aparece también en otras lenguas me parece soberana tontería. En español, escribir que F tiene un “asunto” con M, así con comillas, significa exactamente lo mismo. ¿Necesidad de inventarnos la lengua?

Debe de ser que como los Reyes me han regalado la Nueva Gramática, estoy "filológicamente sensible"...

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