domingo, 25 de enero de 2009

Lo prometido es deuda (1)

Hace un par de entradas prometí hablar sobre canciones, pero cuando la empecé a pergeñar pensé que era bastante estúpida, así que la borré.

El martes de hace dos semanas, tras un concierto memorable, mi hermana y servidora nos fuimos a nuestro bar de referencia a cenar y celebrarlo como es debido. De lo que trasegamos el recuerdo pasó de memorable a "beborable". Allí le conté esa especie de aborto bloguero que había tenido, entre efluvios de shyrah, recuerdos a Stravinski y a Igor -pronúnciese "aigor"-, de el jovencito frankenstein (prometo una entrada dedicada a "la cultura da hambre"). Y el domingo pasado, tras una clase exhaustiva, mi maestro (y amigo) nos invitó a una comida de picoteo en su casa, con un manzanilla excepcional y finalizando por todo lo alto con un porto Noval de 2001 emocionante (vamos, para llorar de la emoción). Ambos me han convencido para intentarlo de nuevo y... aquí estamos.

Aviso de navegantes: posiblemente esta entrada tendrá las dos "p", provocadora y pedante. Soy pedante casi desde que nací y lo de provocar un poquito... Es un estado espiritual.

Tengo la convicción de que Schubert es el primer compositor pop-rock de la música occidental. La prueba es meridiana, oyes alguna canción suya y puedes cantarla en la ducha sin problema. Tampoco te entran complejos sobre si cualquier parecido con el alemán es puro azar (como si nuestro inglés fuera de Oxford desde la cuna, vamos)... Las letras de sus canciones en su mayoría eran bastante banales, escritas por amigotes que se las daban de poetas (salvo cuando se ponía a musicar poemas de Goethe o Heine, que son palabras mayores), versando sobre los típicos "me quiere/no me quiere"; "qué bonito es el amor"; "me has dejado tirado"; "los pajaritos cantan y mi corazón se estremece". ¿Será que no se diferencia tanto de She loves you? Y eso que no cito canciones de los últimos 40 años, que me alargo.

Y por si fuera poco, su vida: Vivió en casa de amigos a los que gorroneaba (eso es la bohemia), algunas veces ejerció de profesor de música de niños bien y murió de una más que presumible neurosífilis. Escribo presumible, porque su historia clínica se perdió en un bombardeo (ah, Europa, ese lugar donde se destruye casi todo de vez en cuando)... Pero su médico era especialista en enfermedades venéreas y corren ríos de tinta sobre si era hetero-, homo- o bisexual. Sus amigos le llamaban "esponjita" por lo mucho que trasegaba..., y entonces, ¿qué tenemos? Pues exactamente sex and drugs and rock'n'roll. Porque seguro que su música era similar al rock entonces, algo rompedor y "antisistema".

Pero seguimos con las letras de las canciones. Una canción
de Giulio Caccini ahora está dándome algún quebradero de cabeza. Pues bien, aparte de un verso con doble filo del letrista (Giovanni Batista Guarini) -que fue púdicamente censurado por ¡ay! un bibliotecario que hizo una edición miscelánea-, hay otro que dice "ábreme el pecho y verás escrito en mi corazón"... Hace 500 años ya usaban los mismos recursos que Quintero, León y Quiroga:"mira mi pecho tatuaaaado" (el de Guarini es un poco más "gore", lo admito). Ese tipo de cosas me encantan, como me encantó en su momento encontrar referencias a boleros, rancheras y demás en alguna novela de Bryce Echenique; como las referencias al jazz en Cortázar.

Claro que gana por un cuerpo la portada del último disco de Extremoduro. Me dejó patidifusa, cuando ví el cartel en el metro y reparé en que era una cita de Cicerón, creo... en latín. Demasiado. Esto viene de que lo que escuchamos mi hermana y yo en el concierto que comenté antes también estaba en latín (lo de "comentarios erráticos" es cierto, no engaño a nadie).

Reconozco que ahora estoy recuperando el tiempo perdido y oyendo música no clásica, recuperando músicas que escuché hace 8-10 años, descubriendo y divirtiéndome. Me veo mayor para ir a un concierto multitudinario, porque llevo fatal el pitido en los oídos los días siguientes. Pero con el tiempo iré "des-aburguesándome" y terminaré mis días, nonagenaria y con chupa de cuero, en un concierto de heavy-metal.



1 comentario:

Manuel Cortés Blanco dijo...

Hola Margarita, ¿qué tal?
Entro esta tarde en tu blog para, además de leerlo, comentarte una curiosidad que seguro sabrás interpretar. "La cara oculta del sol" (The dark side of the sun) es curiosamente el título de una película protagonizada por Brad Pitt. ¡Qué pequeño es el mundo!
Nos seguimos leyendo.

Manuel.
http://manuelcortesblanco.blogspot.com